Fue una reunión cordial y se hablaron de todos los temas vinculados con la relación bilateral, la economía que se viene y los problemas de la región. Pero hubo un eje de la charla que generó preocupación: el presidente electo Alberto Fernández deslizó a la embajadora de Israel en la Argentina, Galit Ronen, la posibilidad de que cuando asuma el poder en la Casa Rosada decida derogar el decreto que firmó Mauricio Macri para declarar a Hezbollah como organización terrorista.
La iniciativa de Fernández despertó mucha preocupación en la diplomacia de Jerusalén, según consignó a Infobae el embajador argentino en Israel, Mariano Caucino, y hay también una alerta en la comunidad judía local y en Estados Unidos.
Consultada por este medio, sobre el encuentro que mantuvo hace diez días con Alberto Fernández en Puerto Madero, la embajadora Ronen afirmó: “Hablamos de varios temas. Como usted imaginará, para nosotros que haya justicia en relación a los atentados es un tema muy importante”. Inmediatamente reconoció que el tema de Hezbollah y la posibilidad de que sea excluido de la lista de agrupaciones terroristas en Argentina “es un tema que estuvo incluido también”.
De esta manera, Ronen remarcó que en las conversaciones con el mandatario electo se abordó el planteo de Jerusalén de que los responsables del atentado a la AMIA y a la embajada de Israel en Buenos Aires, de acuerdo a la ley argentina, sean signados como miembros de una organización terrorista.
En rigor, en las filas del Frente de Todos y el mismo Alberto Fernández no están convencidos de que se mantenga el decreto que firmó Macri por una simple cuestión: consideran que Hezbollah es también una agrupación política que tiene representación parlamentaria en el Líbano.
Allegados a Fernández dijeron a Infobae que el tema solo está en estudio y que “no es hoy una prioridad del presidente electo”. De todos modos, abonaron la misma teoría de no encasillar a Hezbollah como una agrupación terrorista a pesar de que hay una causa judicial que acusa directamente a sus referentes como responsables de los atentados terroristas ocurridos en Argentina en 1992 y 1994.
En el caso de que el nuevo gobierno avance con la derogación del decreto que firmó Macri, podría resentir la relación con el gobierno de Donald Trump, que promovió activamente este tema el año pasado. Es que en su momento el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, vino a la Argentina y promovió que los países de la región incluyan a Hezbollah en la lista de agrupaciones terroristas. Argentina suscribió a esto y lo mismo hicieron Paraguay y Brasil.
Un enfriamiento en la relación con los Estados Unidos podría derivar también en problemas con las negociaciones por la reestructuración de la deuda con el FMI, tomando en cuenta que Washington ocupa un lugar privilegiado en el directorio del organismo.
El embajador Caucino, que pronto volverá a Buenos Aires, dijo hoy desde Jerusalén que “las más altas autoridades de Israel están preocupadas por la idea del nuevo gobierno argentino de derogar el decreto que incluye a Hezbollah como agrupación terrorista”. Más aún, teniendo en cuenta que la vicepresidente electa Cristina Kirchner fue la que en su mandato impulsó el polémico acuerdo con Irán por la causa AMIA.
Por su parte, el diputado de Cambiemos Waldo Wolff expresó a Infobae que “el presidente Fernández no puede ni pensar en derogar el decreto que declara a Hezbollah, acusado por la Justicia argentina del atentado a la AMIA, como grupo terrorista. Sería consagrar la impunidad y abrir las puertas a lo peor del pasado nuevamente”, aseguró.
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